Suelo radiante o radiadores: las claves para elegir la calefacción en tu casa

Suelo radiante o radiadores: las claves para elegir la calefacción en tu casa

Si estás pensando en reformar tu casa, es buen momento para plantearse la forma en que queremos que llegue el calor. La ventaja del suelo radiante es que es invisible, ya que se integra en el suelo. Los radiadores, sin embargo, quedan a la vista. Para poder elegir, hay que estudiarlos en relación con varios factores, como el clima, el grado de ocupación de la casa, la superficie, el aislamiento y, sobre todo, el tipo de generador que proveerá del agua caliente.

La primera diferencia es que el suelo radiante trabaja con agua a baja temperatura y que los radiadores, en cambio lo hacen con temperaturas más elevadas. Pero…, ¿cómo afecta esto a la elección entre suelo radiante o radiadores?

Antes de elegir entre suelo radiante o radiadores, revisa estos puntos:

Aislamiento: la casa tiene que estar aislada térmicamente para que la calefacción por suelo radiante o radiadores sea eficiente.

Generador térmico: puede ser de alta o baja temperatura, lo que a priori condiciona el sistema a elegir. Lo mismo pasa con la fuente de energía. El gas, por ejemplo, es apto para los dos sistemas, pero la biomasa o la aerotermia funciona mejor con suelo radiante.

Clima: Un punto que es crucial en la elección. Los climas fríos y estables son los más indicados para un sistema de suelo radiante porque al tener inercia térmica permiten que el calor siga emitiéndose varias horas, aunque el sistema se apague. Esta característica se convierte en una desventaja en climas templados con temperaturas inestables a lo largo del día, donde un sistema de radiadores sería más apropiado, debido a su carácter puntual.

Grado de ocupación de la casa: Si estás todo el día fuera de casa, no te convendrá un sistema de suelo radiante por agua, ya que estarás consumiendo energía que no disfrutas. La calefacción por suelo radiante no está pensada para apagar y encender repetidamente. En estas situaciones, quizás te interesa un sistema de radiadores de agua que se calientan rápidamente y que puedes hacer que entren en funcionamiento un par de horas antes de llegar a casa.

¿Cómo funciona el suelo radiante por agua?

El agua circula por una tubería de polietileno reticulado que se instala sobre un panel aislante siguiendo el trazado de un circuito.

La instalación se completa vertiendo una capa de mortero de unos 5 cm sobre la tubería. Esta capa es la que acumula el calor, que luego se transmitirá al pavimento. Como ventaja agregada, obtienes un aislamiento térmico-acústico extra sobre el forjado. Como desventaja, habrá que levantar todo el suelo, por lo que convendrá hacerlo en reformas integrales u obra nueva.

Si hay problemas de sobrecarga o no hay altura suficiente –con este sistema se necesita engrosar el suelo entre 5 y 8 cm más– se puede optar por un sistema de suelo radiante de espesor reducido. Los que incorporan difusores de aluminio son muy apropiados para pavimentos de madera.

¿Es el suelo radiante por agua es el sistema más eficiente?

Sí. ¿Por qué? Porque trabaja con temperaturas de agua más bajas. De 35 a 45ºC, con el consiguiente ahorro de energía, debido a la menor diferencia de temperatura a cubrir entre el generador y el emisor. De hecho, ahí radica su mayor ventaja: que se calcula para una temperatura ambiente dos grados menor que la que necesitan los radiadores. Por tanto a 7% de ahorro por grado, tenemos de 10 a 14% menos de gasto en el consumo.

Trabajando a baja temperatura es posible usar generadores de gran rendimiento, como las calderas de condensación a gas o las bombas de calor aire-agua y combinar su funcionamiento con placas solares térmicas.

La mayor ventaja del suelo radiante por agua es que el calor no se pierde en el techo, sino que se aprovecha en la franja donde nos movemos.

Ventajas del suelo radiante por agua

Permite una distribución homogénea del calor por radiación en todos los puntos de la casa, lo que a su vez evita corrientes de aire y polvo. El ambiente se mantiene limpio y saludable. A nivel estético, y como es invisible, da una completa libertad de distribución del mobiliario. Es ideal para ambientes amplios intercomunicados y espacios de doble altura.

Desventajas del suelo radiante por agua

La instalación inicial es, como mínimo, el doble de cara que una de radiadores. Aunque se pueden usar todo tipo de pavimentos, los que mejor se comportan son los materiales conductores, como la piedra o la baldosa porcelánica.

¿Cómo funcionan los radiadores de agua?
No cabe duda que es un sistema muy empleado y fácil de acoplar en cualquier casa. Su funcionamiento y puesta en obra son sencillos, ya que se necesita un generador térmico, generalmente una caldera a gas mural, que también abastece de agua caliente sanitaria a la casa, un circuito cerrado de tuberías de agua y los radiadores, debidamente distribuidos por la vivienda.

La diferencia fundamental con el suelo radiante es que, la caldera tiene que funcionar a 70ºC. Y esta es una desventaja si recordamos que cuanto menor sea la temperatura de trabajo del agua, más se mejora la eficiencia energética del sistema y por lo tanto mayor es el ahorro en calefacción.

Ventajas de los radiadores

Emiten el calor rápidamente, por lo que son ideales para horas puntuales del día. Tienen un precio económico y la instalación de las tuberías puede hacerse incluso, vista y superfcicial, en obras de reforma. Para que funcionen mejor se recomienda que se instalen en las paredes más frías de la habitación y especialmente debajo de las ventanas. Las válvulas termostáticas y los termostatos de ambiente serán fundamentales para regular la temperatura. No hay limitaciones en la elección del pavimento.

Desventajas de los radiadores

Calientan principalmente por convección del aire, lo que hace que el calor suba y se deposite en el techo, el calor no es homogéneo en toda la habitación sino puntual. Producen polvo, resecan el ambiente y limitan la distribución del mobiliario.

¿Es buena idea instalar radiadores a baja temperatura?

Funcionan con temperaturas de impulsión más bajas y con intercambiadores de calor ubicados en su interior. La diferencia radica en que pueden trabajar con generadores eficientes, como la caldera de condensación o la bomba de calor aire-agua, lo que aumenta el rendimiento de la instalación y baja el consumo energético.

Los radiadores a baja temperatura se caracterizan por tener una gran superficie de intercambio y el menor contenido de agua posible, lo que hace que sean más rápidos que los convencionales en emitir calor o en dejar de hacerlo, lo que viene muy bien, por ejemplo, cuando en el ambiente se recibe un aporte de calor por la ventana y la calefacción no es necesaria. Tienen una estética más depurada, con frentes de chapa lisos.

En este grupo de mayor eficiencia también se encuentran los radiadores de alto rendimiento y los ventiloconvectores, que también pueden dar aire frío.

Conclusión

Analiza todos estos factores antes de elegir entre suelo radiante o radiadores. No conviene solo guiarse por la inversión inicial. También tendrás que ver lo que gastas en el consumo y la posibilidad de compensar las facturas con el uso gratuito de la energía solar.

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